La Universidad de Concepción tendrá participación en tres de los doce proyectos que recibieron fondos por parte del Ministerio de Ciencia, ANID e Itrend, para instalar capacidades ante futuros siniestros luego del desastre provocado por los incendios del verano 2023 en las regiones de Ñuble, del Biobío y La Araucanía.
“Usualmente cuando hay incendios forestales, nos preocupamos de apagarlo y prometer que nos vamos a preparar mejor para la próxima vez. Sin embargo, el año anterior, lo que estamos preparando es cómo lo vamos a volver a combatir y la clave —al menos lo que indica la experiencia internacional— es que hay que prepararse para que esos eventos no ocurran”. Es la reflexión del académico del Departamento de Planificación Territorial de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, Dr. Francisco de la Barrera Melgarejo, uno de los investigadores que se adjudicó fondos tras participar en el concurso “Desafíos para la recuperación post-incendios forestales”, creado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) y que entregó 720 millones de pesos para 12 proyectos que debían dar respuesta a alguno de estos desafíos: información para la gestión del riesgo de incendios forestales; efectos de los incendios forestales en los ecosistemas; y las consecuencias de los incendios forestales en los territorios.
La iniciativa del proyecto surgió luego de la “Mesa de Ciencia y Conocimiento frente a desastres socio-ambientales” convocada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en marzo de 2023, a raíz de los más de 200 incendios que afectaron durante enero y febrero de ese mismo año a las regiones de Ñuble, del Biobío y La Araucanía.
La mirada integral propuesta por la UdeC
El proyecto del académico Francisco de la Barrera, es un “Portafolio de soluciones para fortalecer la resiliencia frente a incendios forestales”. La propuesta considera una evaluación sistémica de la resiliencia frente a incendios forestales a nivel comunal pre y post-incendio; una revisión bibliográfica de acciones de planificación y gestión territorial; y el diálogo con actores y comunidades interesadas para evaluar las acciones. En este último punto, el académico de la Facultad de Ciencias Ambientales destacó que “por mucho que conozcamos el territorio, somos externos al territorio. El territorio lo establece quienes lo habitan. Entonces, la selección de las mejores intervenciones a realizar, las más adecuadas, las más prudentes, las que hagan más sentido, deben hacerse con las comunidades. Si no, no van a funcionar”.
En cuanto a este proyecto en particular, la subsecretaria de Ciencia, Carolina Gainza Cortés, relevó el diálogo que se tendrá “directamente con dos comunas de la Región del Biobío y eso es precisamente lo que buscamos: soluciones para los territorios y desde universidades regionales que conocen mejor las necesidades de su entorno”.
La información es de El Mercurio, ediciones especiales