De acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente, los vertederos ilegales y microbasurales no sólo dañan nuestro ecosistema e impiden que los residuos puedan valorizarse, sino que además, impactan en la salud de la población aledaña.
Patricia González, académica de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, explicó que los basurales suelen generarse de forma espontánea en sitios eriazos, y su erradicación resulta difícil si no se modifica el uso de estos terrenos. Además, señaló que los impactos de los basurales varían según el tipo de residuos que se acumule.
“Existen basurales que contienen residuos de construcción, como restos de cemento o ladrillos, materiales inertes en general, que principalmente generan un impacto paisajístico y dañan la estructura del suelo”, detalló González.
Por otro lado, cuando los basurales incluyen residuos domiciliarios con materia orgánica, el impacto se traduce en la generación de malos olores y la proliferación de vectores sanitarios, como ratones y moscas, que podrían transmitir enfermedades.
La especialista advirtió que, en caso de disponer residuos peligrosos en estos lugares, podrían contaminar los suelos, infiltrar las napas subterráneas o afectar cursos de agua superficiales que podrían utilizarse para consumo humano.
La presencia de basuras en cursos de agua, canales de aguas lluvias y alcantarillados incrementa significativamente el riesgo de inundaciones durante períodos de lluvias intensas.
Además, existe un peligro latente de incendios, ya que, según explicó Patricia González, “las altas temperaturas, combinadas con el proceso de descomposición que libera gases tóxicos, pueden crear las condiciones propicias para que se produzca un incendio.
Finalmente, la doctora en Ciencias Ambientales señaló que una de las claves para solucionar los problemas asociados a la generación de basurales urbanos es educar a la comunidad y promover cambios en el uso de las áreas donde estos se forman.
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